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sábado, 21 de abril de 2012

Regreso al esperpento




Las Palmas ha vuelto a ser la que era. Tras ilusionarnos y hacernos creer a muchos que, aunque tarde, el equipo estaba dispuesto a entrar en la lucha por los puestos de promoción, el equipo amarillo ha vuelto a dar hoy toda una lección de indolencia, apatía, ningunismo, desorientación, indiferencia y hasta pasotismo sobre el césped de Chapín.

Decía en la previa que podía pasar de todo. Y precisamente pasó lo peor que podía pasar: ha reaparecido cual fantasma la Unión Deportiva que tantas tardes de amargura y sinsabores nos ha dejado esta temporada en campos como los del Alcorcón, Alcoyano, Huesca, Sabadell, Cartagena… etc. Añadiremos Xerez como una nueva cita negra, lamentable y tortuosa de este equipo en el actual ejercicio. Otro partido para olvidar.

Y menos mal que ese espejismo que duró algo más que un mes nos ha valido para al menos no andar preocupados por el descenso a 2ªB. Porque a veces el juego de este equipo no se ve ni en esa categoría. Un alivio dentro de lo mal que nos lo han vuelto a hacer pasar esta tarde Juan Manuel Rodríguez y sus jugadores.

Y es que el partido ha estado lleno de viejos vicios y lamentables errores cargados de nostalgia. Desde los patadones de Barbosa rifando el balón cuando tiene a los laterales esperándolo hasta la expulsión de Ruymán a los 36 minutos por no saber parar a su rival las dos únicas veces que se atrevió a desbordarle. Desde el autorregate que se hace Pignol en el primer gol jerecista hasta la fatídica cifra de un triste y lejano disparo a puerta en 94 minutos de partido.


El Xerez, ramplón y previsible como pocos, asistía boquiabierto al esperpento que Las Palmas le ofrecía como equipo y como concepto de juego. Le bastó un autogol de Herner en una jugada de patio de colegio en el minuto 61, y una genialidad del inmortal Mendoza diez minutos después para llevarse los tres puntos y dar una alegría a su afición.

El entrenador amarillo, apático como el que más, esperó 79 minutos para hacer tres cambios de golpe cuando el 2-0 ya campeaba en el marcador. Apenas un esbozo de mejoría reflejados en dos desmarques sin remate de Vitolo y de Momo. Por cierto, de lo mejor éste último, tanto en su posición habitual como abarcando el lateral dejado huérfano por Ruymán.

Todo lamentable. Ni con diez ni con once. Ni siquiera con doce hubiera hecho algo Las Palmas con esa actitud sobre el terreno de juego. No valen excusas. Ha sido una prolongación de lo del sábado anterior. ¿Acaso el partido de Murcia o el del Celta fueron un espejismo?¿Por qué nos hicieron creer que este equipo podía y quería jugar bien al fútbol, ser ofensivo y ganar partidos?

Las Palmas nos ha regalado una ilusión con la misma rotundidad con la que ahora nos la arrebata. Nadie se explica el por qué se ha vuelto a este nivel de bajeza. No era necesario hacernos despertar así de ese sueño. Nos queda el consuelo de la permanencia. Aún nos faltan unos puntos para que sea matemática, pero digo yo que, aunque sea sin querer, la conseguiremos.

1 comentario:

  1. Después de las últimas críticas aceradas en esta semana, de distintos medios de comunicación al entrenador, utilizando incluso las declaraciones de algunos jugadores de la plantilla para arremeter contra él, como Pedro Vega, Portillo o Corrales; además de darle cancha y bola a las opiniones de Darino, convertido ahora por arte de birlibirloque en experimentado técnico, en las que criticaba con saña y desprecio las decisiones de J.M. Rodríguez tras el partido con el Recreativo, creo que Juan Manuel Rodríguez hoy ha dado por imposible cualquier reparación durante el partido del esperpento mostrado por su equipo sobre el terreno de juego.
    Esto es una farsa mantenida. Dentro de la entidad, todos los amigos del presidente y éste mismo, no le quieren ni cuentan con él para ninguna planificación, ni opinión autorizada. Incluso en la plantilla, que sabe que su entrenador no cuenta para nada, se nota esta desidia y poco interés en rendir, esforzarse y salir a dar todo al terreno de juego. Así no vamos a ningún sitio. Más engaños a la afición, no. Ya está bien de tanta farsa.

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