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domingo, 1 de abril de 2012

El lado amargo


No estábamos acostumbrados a llevarnos disgustos en los minutos finales de los partidos. Más bien al contrario, Las Palmas este año ha conseguido muchísimos puntos en las postrimerías tanto en casa como fuera. Hoy nos ha tocado vivir el lado amargo, cuando se te escapa entre los dedos un empate con el cronómetro por encima de los 90.

Estas derrotas, dolorosas por sí solas, se hacen aún más crueles cuando has hecho méritos para más y te vas con los bolsillos vacíos pero con la sensación de haber podido saltar la banca. Ahora ya sabemos qué sintieron el Guadalajara y el Girona hace unas semanas.

La historia del duelo de Pucela comienza con la baja a última hora de David González, que no pudo superar sus molestias. Su posición la ocupó durante un rato Vicente Gómez, hasta que unos y otros se dieron cuenta de que así no íbamos bien y Jonathan Viera bajó a tomar la batuta del juego del equipo. El resto, los mismos de partidos anteriores. Y el juego, casi el mismo.

Y digo “casi” porque en Valladolid se ha abusado en exceso del patadón largo de Barbosa pudiendo sacarlo de atrás. Sobre todo en la primera mitad. Eso costaba pérdidas inmediatas de posesión y desaprovechamiento de los innumerables recursos ofensivos de este equipo cuando la conducen Viera, Vitolo y, sobre todo hoy, Momo.

De esa forma, el primer acto del espectáculo en el José Zorrilla fue un devenir de acercamientos a ambas áreas sin excesivo peligro. Sólo en la recta final, Javi Guerra primero en un remate que resolvió Barbosa y Álvaro Rubio después con un trallazo al larguero despertaron los ánimos de una afición blanquivioleta que bostezaba entre sustos y amagos.


En la segunda parte cambió el panorama. Especialmente desde que Nauzet Alemán, que hasta ese momento apenas se había asomado, logró en una excelente jugada personal un golazo que nos hizo a todos suspirar por su regreso a la isla. Y otra vez, por debajo en el marcador no tardó más de cinco minutos Juan Manuel Rodríguez en hacer dos cambios para darle un vuelco y mayor mordiente ofensiva al equipo. Por una parte, sacó del campo a un Javi Guerrero víctima de una desesperante lentitud para meter a Quiroga. Y por otra, sacó a Herner para retrasar a Javi Castellano e introducir a Sergio en el centro del campo, ganando movilidad y verticalidad.

Las Palmas se adueñó del balón y del partido. Dos combinaciones entre Momo, Vitolo y Quiroga fueron el preámbulo al empate amarillo. Otra vez un córner sacado por Momo y otra vez el capitán, de nuevo soberbio durante todo el encuentro, quien conectó un testarazo para devolver la justicia al marcador.

Fue a raíz del empate cuando se vio a la mejor Unión Deportiva. Viera llevaba el mando, Sergio jugaba entre líneas, Momo daba verticalidad y Quiroga fijaba a los defensas. Poco después del empate, en una contra magistralmente llevada por Momo, Quiroga, solo ante Jaime, la mandó fuera cuando todos saltábamos ya celebrando el segundo. Otro disparo de Ruymán desde la izquierda nos llenaba aún más de optimismo y de orgullo. Las Palmas estaba tuteando a todo un Valladolid en su propio campo. La victoria se veía cerca.

Pero la aparición de Bueno y de Nafti en los locales, sumado al desplome físico amarillo, hizo que a medida que avanzaba el segundo tiempo las Palmas se fuera metiendo atrás. El Valladolid por su parte fue a más, creyó en la victoria y encerró a la Unión Deportiva en su campo primero y en su área después. La entrada de Laguardia empeoró el panorama, y ya hacia el minuto 80 el partido empezaba a hacerse largo para los amarillos. Nos habíamos quedado sin gasolina.

Un mano a mano de Javi Guerra que se va fuera de milagro y un balón sacado bajo palos y con ayuda del larguero por Momo tras una cantada de Barbosa precedieron, ya en tiempo añadido, al gol de Óscar en una jugada en la que David García no estaba por haber sido atendido anteriormente. De esa forma el Valladolid ajusticiaba a los amarillos y prolongaba la leyenda en un campo que seguirá siendo “maldito”.

Sin embargo esta derrota ha sido diferente. Las Palmas da otra imagen, recibe halagos de los rivales y nos deja a todos con un cierto regusto de amargo orgullo porque los colores amarillo y azul, a pesar de la derrota, han dejado un buen sabor de boca a los aficionados, locales y visitantes, que asistieron al estadio. Podría decir que “así da gusto perder”, pero no sería cierto. Una derrota no produce placer. Nunca. Y menos cuando llega al final. Mejor no mirar la clasificación, hacer autocrítica, corregir errores que se repiten y centrarse en los dos próximos compromisos en casa. El equipo sigue dando motivos sobrados para desear que llegue cuanto antes el próximo partido.

2 comentarios:

  1. contento por su forma de jugar y felicitacion para todo el equipo hasta los suplentes ,asi se puede perder .gracias por el esfuerzo echo y animo .

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  2. Sin duda mucho mejor perder así que ir perdiendo 2 o 3 a 0 en el minuto 20

    Aún así, y como bien se lee en la crónica, se ha abusado un poco del balón largo, barbosa ha vuelto a asustar a los nuestros con otra de las suyas que de vez en cuando le gusta hacer... y de nuevo, javi guerrero ha parado el juego del equipo, con jugadas rápidas frenadas por el mismo, y de nuevo, quiroga ha vuelto a ser un horror con el balón en los pies

    Cierto que el delantero perfecto no existe, pero qué bien le vendría a este equipo un punta más completo que estos dos, uno bueno de cabeza y regular con los pies, y el otro lento que no es capaz de seguir el ritmo de viera vitolo y ahora momo al jugar a la contra

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